A veces la tecnología aplicada a la mejora de nuestro día a día se percibe como algo lejano, pero ¿quizá no lo sea tanto? Las oportunidades que nos ofrecen los nuevos avances tecnológicos en campos como el de la inteligencia artificial son infinitas. Hay un círculo de contribución mutua entre sociedad y tecnología. Las necesidades sociales generan tecnologías que cambian los modos sociales. La sociedad está cambiando, y la tecnología, también. La nueva década a la que nos enfrentamos va a ser revolucionaria en el campo tecnológico sanitario. Debemos tener en cuenta que el bienestar y el empoderamiento de los ciudadanos en el campo sanitario debe conducir y guiar este desarrollo tecnológico.
Si ya nos estamos acostumbrando a usar cada día menos el dinero, al menos como lo hemos conocido, cualquier cosa puede suceder por medio de la tecnología en los próximos años. Precisamente la salud no es la excepción a la hora de contemplar las principales innovaciones. La industria médica es testigo de las grandes transformaciones en avances y desarrollo de productos, beneficiando tanto a pacientes como a los profesionales de la salud que buscan mejorar la calidad de vida de las personas, vía la prevención, diagnóstico y tratamiento. Los avances de la inteligencia artificial en esta nueva década van a ayudar al paciente en maneras que hace bien poco eran dignas de una película de ciencia a ficción, mejorando su calidad de vida y estado de ánimo tanto del paciente como de sus familiares más cercanos.
En una sociedad industrializada, donde el tiempo es escaso y no coincide con las agendas personales, la tecnología debe convertirse en una herramienta que facilite el trabajo de la comunidad médica al ahorrarle tiempo y aumentar su productividad de forma inteligente y que, por otro lado, empodere al paciente para darle unos tratamientos más personalizados y óptimos. Grandes empresas tecnológicas que cotizan en bolsa, las conocidas “empresas unicornios” y “start-ups” de alrededor del mundo están invirtiendo horas y horas de investigación para revolucionar nuestras vidas en los próximos años.
Uno de los gigantes del mundo de la tecnología, Amazon, lanzó su asistente de voz Alexa. Lo que en un principio podía parecer un producto enfocado principalmente al colectivo millenial o generación X está demostrando tener un alcance mucho mayor del esperado, ya que hay un alto porcentaje de personas mayores que utilizan este intuitivo dispositivo para realizar tareas que antes le eran de suma dificultad.
En el caso de las startups revolucionarias, en el sector de la salud hay que hacer especial mención a Corti. Nacida en Holanda en el 2016, ha transformado la atención de los servicios de emergencia en Copenhague, creando una disruptiva tecnología de asistencia de voz. Su Inteligencia Artificial hace posible reconocer indicios de ataques cardíacos analizando las llamadas de emergencia.
Por otra parte, cada vez son más las “empresas unicornio”, valoradas en más de 1.000 millones de dólares, pero que aún no cotizan en bolsa, enfocadas al mundo de la salud. OrCam Technologies, procedente de Israel, uno de los países más innovadores del mundo, es una de ellas. La empresa ha aterrizado en Chile con el producto estrella OrCam MyEye 2.0. Este dispositivo utiliza la inteligencia artificial para mejorar la calidad de vida de las personas con baja visión o ceguera. Mediante una cámara inteligente, una persona ciega puede volver a leer un libro físico o reconocer el color de su pantalón en cuestión de segundos.
Lo anterior son sólo tres casos que nos sirven como ejemplo del creciente número de productos y servicios que tiene un claro origen tecnológico y que se centran en el área de la salud.