La actividad reforzó la participación comunitaria entre vecinos y el municipio.
Para enfrentar incivilidades y principalmente sucesos de emergencia por catástrofes naturales en el Valle de Lluta y las Llosyas en Azapa, la Municipalidad de Arica ha implementado una estrategia que aborde estas problemáticas a través de la Dirección de Desarrollo Rural.
El plan territorial, denominado Brigadas de Emergencia Vecinal, también sumó el apoyo de la Dirección de Prevención y Seguridad Humana (Dipreseh) y del Departamento de Protección Civil y Emergencia, quienes mediante un trabajo colaborativo junto a dirigentes, canalizaron las necesidades de la población, a fin de proponer un programa tendiente a disminuir la percepción de inseguridad que viven las y los habitantes de zonas rurales.
Cabe destacar que, para incentivar la participación de vecinos, funcionarios municipales elaboraron un mapa de los terrenos, donde dirigentes identificaron los principales factores de riesgo asociados al acopio de basura, vehículos abandonados y la tenencia responsable de mascotas.
En tanto, representantes de las organizaciones de Alto Ramírez, analizaron junto a los brigadistas del Departamento de Protección Civil y Emergencia, la situación del río aledaño a las comunidades, esto respecto a una eventual emergencia y los posibles daños que podrían sufrir las construcciones tras su desborde.
Al respecto, la profesional de apoyo de la Dirección Rural, Pilar Martínez, señaló que las brigadas de emergencia vecinal vienen a dar una respuesta oportuna a las diferentes solicitudes de vecinos y vecinas de estos sectores.
“A raíz de las problemáticas existentes, generamos una instancia valiosa junto a los diferentes departamentos del municipio, con el objetivo de empoderar a dirigentes vecinales, mediante capacitaciones que logren el desarrollo de sus propias comunidades”, señaló.
Finalmente, los dirigentes vecinales colaboraron con la elección de sus propios brigadistas, los que tienen como objetivo apoyar a vecinos frente a distintas emergencias o conflictos que puedan surgir en el territorio.
“Se pretende que los sectores sean capaces de lograr la organización vecinal suficiente, para que sean las propias comunidades quienes den la primera respuesta a cualquier situación que pudiera surgir, lógicamente acompañados y orientados por los departamentos municipales” enfatizó Pilar Martínez.